Descontrol de horarios y normas, excitación de los más pequeños, nervios de padres y de hijos… si os suena, os invitamos a pasar a nuestra «escuela» y saber qué hacer para que sean unas navidades felices y en paz para todos
Ya estamos cerca de las navidades y en muchos hogares hay preocupación sobre cómo se van a manejar con los niños durante estas vacaciones.
Los errores más comunes que se cometen durante las vacaciones:
- No establecer horarios definidos.
- No establecer unas normas claras.
- Permitir el uso excesivo de pantallas.
- Que las únicas responsabilidades sean las tareas escolares.
¿Qué podemos hacer?
- Mantén unos horarios estables para acostarse, levantarse y comer.
- Establece un momento en el día para llevar a cabo alguna tarea como pintar, leer, hacer manualidades, cocinar, jugar en familia, bailar…
- Delimita el tiempo en el que se puede ver la televisión. Lo ideal sería poner un reloj de arena delante y explicarle que cuando se termine hay que apagar la tele. Buscar alternativas a los dibujos como documentales de animales para que aprendan cosas. Para niños mayores de 12 años acuerda con él unas normas en cuanto al uso de nuevas tecnologías (horarios, tiempo y contenido).
- Promueve el contacto entre iguales, en la medida de lo posible.
- Implicarle en las tareas domésticas acorde con su edad, como poner la mesa, preparar el desayuno, colgar la ropa, barrer, poner la lavadora, hacer la cama, limpiar el polvo…
- Buscar actividades al aire libre en la medida de lo posible, como andar en bici, ir al monte o al río, patinar, hacer senderismo, jugar al tenis, baloncesto…
- Ponerse de acuerdo con todas las personas que van a estar a su cuidado de que sigan los horarios y normas establecidos, para que los niños no se desmadren.
Los cambios de rutinas, cuidadores, horarios, emoción de lo que conlleva la navidad… hacen que los niños estén más descontrolados y los padres se desesperen por no saber cómo ayudarlos. Esto es visible al volver al colegio, cuando los niños vuelven muy nerviosos, agitados, les cuesta retomar las normas establecidas en el aula.
¿Cómo entender la mala conducta y poder ayudar a nuestros hijos?
La mala conducta es una falta de conocimiento, una falta de competencias eficaces, una expresión de nuestro desánimo o el resultado de algún incidente que nos lleva a reconectarnos con nuestro cerebro primitivo.
¿Con cuánta frecuencia se portan mal los niños porque están cansados o tienen hambre? Cuanto mejor comprendamos nuestra conducta y la de nuestros hijos, más eficaces seremos como padres. Podemos ponernos en la piel del niño para comprender mejor sus conductas fruto del desánimo.
Rudolf Dreikurs dijo: «Un niño que se porta mal es un niño desanimado». Dreikurs descubrió cuatro objetivos inapropiados o erróneos que los niños persiguen cuando se sienten desanimados. Se llaman objetivos erróneos porque se basan en creencias erróneas sobre cómo conseguir sentirnos en cuenta e importantes.
Los niños no son conscientes de su creencia errónea. Si les preguntamos por qué se portan mal, ellos nos dirán que no lo saben o alguna excusa.
Las cuatro creencias y objetivos erróneos de la conducta:
1. Búsqueda de atención
La creencia errónea: solo me tienes en cuenta cuando me prestas atención y piensan que eso les ayudará a conseguir que los tengan en cuenta y los consideren importantes.
Recuperar el ánimo del niño que busca atención indebida:
- Utiliza la escucha activa para subsanar lo que cree el niño en lugar de su comportamiento.
- Demuestra que le tienes en cuenta y haz un trato.
- Implica al niño para darle atención útil a través de la colaboración.
- Dale un abrazo reconfortante.
- Fomenta la capacidad del niño para entretenerse y calmarse solo.
2. Búsqueda de poder
La creencia errónea: solo me tienes en cuenta cuando mando yo o, al menos, cuando no permito que tú me mandes y piensan que eso les ayudará a conseguir que los tengan en cuenta y los consideren importantes.
Recuperar el ánimo del niño que busca poder mal dirigido:
- Ofrece opciones limitadas.
- Convierte el poder mal dirigido en poder útil pidiendo ayuda al niño.
- Calla y actúa con cariño y firmeza.
- Pregunta si serviría de algo un tiempo de reflexión positivo.
- Queda con el niño para solucionar un problema.
3. Búsqueda de venganza
La creencia errónea: no me tienes en cuenta, pero al menos puedo devolverte el daño que me has hecho, eso mitigará en cierto modo el dolor que les produce no sentirse tenidos en cuenta ni importantes.
Recuperar el ánimo del niño que busca venganza:
- Gestiona los sentimientos heridos.
- Pide disculpas si has causado el daño.
- Escucha los sentimientos del niño.
- Haz que el amor sea un medio de comunicación.
- Corrige lo que esté mal, no pongas excusas.
4. Demostración de incapacidad
La creencia errónea: es imposible que me tengan en cuenta. Me doy por vencido, porque creen realmente que no valen para nada.
La disciplina tradicional se centra en enseñar a los niños a hacer lo que se les dice. La disciplina positiva se centra en enseñar a los niños a hacer lo que ellos deciden después de reflexionar sobre la situación y utilizar algunos criterios básicos, tales como el respeto y la utilidad, para hallar soluciones. Son participantes activos en el proceso, no receptores pasivos.
Hay personas que creen que el hecho de erradicar el castigo hará que nuestros hijos sean indisciplinados, malcriados. Lo que hará que esos niños no sean indisciplinados y malcriados es la educación que reciban, no el castigo. No renunciamos a la educación, tan sólo al castigo.
Debemos centrarnos en las soluciones en vez de los castigos. La pregunta clave para la solución es ¿cuál es el problema y cuál la solución? Porque su finalidad se centra en ayudar a las personas a resolver el problema y no en tener que pagar.
Las tres R y una U de centrarse en las soluciones
- Relacionada
- Respetuosa
- Razonable
- Útil
Cuando los niños deciden (porque nosotros les preguntamos cómo pueden resolver ese problema) ir a buscar una bayeta y un trapo cuando derraman leche, es una solución RRR y U (relacionada, respetuosa, razonable y útil). Les estamos enseñando una competencia para la vida y brindando la oportunidad de desarrollar la percepción de que son capaces.
Cuando nos centramos en las soluciones es importante que aprendamos el valor de darnos tiempo para tranquilizarnos antes de empezar a buscarlas a través de la pausa obligada positiva.
Cuatro pautas para la pausa obligada positiva:
- Invierte tiempo en enseñarle. Enséñale el valor de darse tiempo para tranquilizarse y la importancia de esperar a que todos se sientan mejor antes de resolver el problema.
- Permite que los niños creen su propia zona para la pausa obligada, explícales que el propósito de la pausa no es castigar ni infligir sufrimiento. Pídeles que sugieran cosas que podrían hacer para sentirse mejor mientras están ahí, por ejemplo: leer, escuchar música, jugar , descansar…
- Desarrolla con antelación un plan con sus hijos. Explica que puede irle bien tomarse un tiempo para tranquilizarse.
- Enseña a los niños que, cuando se sientan mejor, pueden ponerse a pensar en una solución o en cómo compensar lo que han hecho si todavía hay un problema.
A veces, la pausa obligada positiva es suficiente para poner fin a la conducta conflictiva sin ser necesario buscar una solución. Pero cuando haga falta buscar una solución después de la pausa obligada podemos ayudar a los niños a explorar las consecuencias de sus decisiones haciéndoles «preguntas de curiosidad».
Debemos explorar los impulsa a participar a pensar por sí mismos, a resolver las cosas solos y a decidir qué es importante para ellos y qué quieren. El resultado final es centrarse en las soluciones del problema en lugar de hacerlo en las consecuencias.
Ejemplo de preguntas de curiosidad:
- ¿Qué estabas intentando conseguir?
- ¿Cómo te sientes con lo que ha ocurrido?
- ¿Qué crees que lo ha provocado?
- ¿Qué soluciones se te ocurren ahora?
Centrarse en las soluciones enseña a los niños
- Qué hacer para aprender de un error
- Cómo pueden desarrollar sus cualidades
- Cómo los errores son oportunidades para aprender
- Cómo desarrollar sus habilidades para resolver problemas
- Cómo pararse, tranquilizarse y resolver el problema
- Cómo ser creativos ante un problema imprevisto
- Cómo tener reacciones apropiadas
Si queremos un mundo mejor debemos empezar por nuestros hogares, educar desde el cariño, respeto y compresión
«Lo que se les dé a los niños, lo darán a la sociedad«. (Karl A. Menninger)
Amelia Ramos
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Naturaleza Savia destaca:
- Los errores más comunes que se cometen durante las vacaciones son no establecer horarios definidos, no establecer unas normas claras, permitir el uso excesivo de pantallas y que las únicas responsabilidades sean las tareas escolares.
- ¿Con cuánta frecuencia se portan mal los niños porque están cansados o tienen hambre? Cuanto mejor comprendamos nuestra conducta y la de nuestros hijos, más eficaces seremos como padres. Podemos ponernos en la piel del niño para comprender mejor sus conductas fruto del desánimo. Rudolf Dreikurs dijo: «Un niño que se porta mal es un niño desanimado».
- Debemos centrarnos en las soluciones en vez de los castigos. La pregunta clave para la solución es ¿cuál es el problema y cuál la solución? Porque su finalidad se centra en ayudar a las personas a resolver el problema y no en tener que pagar.