En momentos tan difíciles como estas fiestas que vamos a vivir, toca asumir la responsabilidad de nuestro bienestar y abrazarnos desde el corazón
Estamos llegando al final de un año diferente, lleno de cambios en nuestros hábitos diarios, en nuestras relaciones, en la manera de ver la salud y el bienestar, en la forma de trabajar y obtener recursos para nuestro día a día, mostrando las costuras rotas y las carencias en muchos campos y sectores socioeconómicos, políticos, sanitarios y científicos que están poniendo a prueba nuestros valores y nuestra integridad como individuos y como sociedad.
Deberíamos estar aprendiendo lo que es importante y prioritario y lo que no lo es. Este año nos está quitando la venda de los ojos en muchos sentidos, esta experiencia nos da la oportunidad de realizar un nuevo crecimiento interno que podemos proyectar expansivamente a nuestro exterior, entrando en coherencia y tomando consciencia de nuestra posición y cometido en el mundo a través de nuestras sociedades y actos individuales.
Un año que ha puesto a prueba los compromisos que nos unen a nuestro entorno
Durante este año, se han visto truncadas nuestras celebraciones, actos culturales, festividades y la forma de vivir el ocio, así como la forma de compartirlo con los demás, aumentando el distanciamiento y poniendo a prueba los lazos y compromisos que nos unen a las personas que están presentes en nuestra vida.
Ahora nos enfrentamos a la festividad anual por excelencia, donde todos esos actos y valores reprimidos este año se ponderaban y se hacían más presentes como recordatorio de la fraternidad y el amor que nos une a todos sin diferencias y que por desgracia abandonábamos una vez finalizaba esta festividad, la Navidad.
Una oportunidad para perpetuar la solidaridad y el amor
Esta nueva Navidad puede convertirse en una oportunidad para reafirmar y perpetuar con honestidad la solidaridad, la fraternidad, la compasión, la paz, la esperanza, la confianza y el amor, valorando lo realmente importante y dejando a un lado esa parte superficial y consumista, y en parte hipócrita, en la que se había convertido.
La Navidad celebra el nacimiento, la vida y sus valores humanos. Aprendamos a valorar la vida en toda su amplitud y profundidad, en todo lo que es y representa junto a sus valores, sin volverlos a olvidar hasta el próximo año.
Debemos mantener la alegría y la confianza, con aceptación de lo acontecido y aprendido
Todo y todos somos parte de la vida, somos su manifestación, por lo que a pesar de no poder compartir esta festividad con todas aquellas personas con las que desearíamos hacerlo (y para muchos en condiciones totalmente diferentes a causa de la pérdida de seres queridos por la enfermedad que nos asola y otras razones, como la falta de recursos por problemas laborales y bajada de ingresos y por la incertidumbre a la que nos vemos abocados para el próximo año), debemos mantener la alegría y la confianza, con aceptación de lo acontecido y aprendido, y mantener la atención para no caer en las garras del miedo, que nos llevará a ver culpables y enemigos allá donde no existen, creando limitaciones y estancamiento.
Asumamos la responsabilidad de nuestro bienestar, de nuestra alegría, paz y felicidad, honrando y llevando en nuestro corazón a todas aquellas personas a las que vamos a echar de menos tanto por su marcha de esta vida, como por la falta de presencia de aquellas que por esta vez, no podrán estar celebrando con nosotros estas Navidades, pero felices que a pesar de todo, podemos sentirlos y seguir compartiendo con ellos nuestro amor y esos valores mencionados, que no debemos olvidad jamás, no solo en estas festividades, sino cada momento de nuestra vida.
Podemos dirigirnos hacia una nueva y mejor versión de nosotros mismos
Que estos valores se conviertan en los cimientos y pilares, en los que debemos construir nuestra realidad, y que sirvan, para asumir y realizar los cambios y proyectos que deseamos para este nuevo año que está por venir, confiando en que todo lo que hemos vivido hasta ahora, a pesar del dolor que hayamos podido sentir, nos dirige hacia una nueva y mejor versión de nosotros mismos, donde la escucha interna sincera y honesta será nuestra guía y la base de la confianza que nos permitirá avanzar.
No te dejes abatir por las nuevas condiciones de estas navidades, y alégrate de poder celebrarlas y vivirlas a pesar de tu posible soledad o de falta de allegados en ella, sabes que todos están en ti, en tu corazón y que sus presencias siempre están contigo, así que abracémonos todos desde el corazón, y dejemos los otros abrazos para cuando no representen un peligro para los demás y un riesgo que ahora no nos podemos permitir si queremos volver a estar todos juntos…
Felices fiestas y feliz Navidad para todos vosotros de corazón a corazón.
Luis Ros
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Naturaleza Savia destaca:
- Este año deberíamos estar aprendiendo lo que es importante y prioritario y lo que no lo es. Esta experiencia nos da la oportunidad de realizar un nuevo crecimiento interno que podemos proyectar expansivamente a nuestro exterior.
- Debemos mantener la alegría y la confianza, con aceptación de lo acontecido y aprendido, y mantener la atención para no caer en las garras del miedo, que nos llevará a ver culpables y enemigos allá donde no existen, creando limitaciones y estancamiento.
- No te dejes abatir por las nuevas condiciones de estas navidades, y alégrate de poder celebrarlas y vivirlas a pesar de tu posible soledad o de falta de allegados en ella, sabes que todos están en ti, en tu corazón y que sus presencias siempre están contigo, así que abracémonos todos desde el corazón.