No dejes el empezar a cuidarte para después de las navidades. Claves para disfrutar de las comidas sin maltratar a tu cuerpo
La alimentación consciente nos ayuda a resituarnos entre los extremos del exceso y de la restricción, nos da espacio para elegir comer aquellos alimentos placenteros desde un lugar de permiso incondicional.
Date permiso para comer
Comer entre extremos (hacer dieta estricta o abandonarse completamente) nos impide cuidarnos como nos gustaría. Si estás pensando que en enero empezarás la dieta, será fácil que caigas en la tentación de comer más de la cuenta ahora (ya que más adelante ya no lo podrás hacer).
Por tanto, puedes empezar hoy el camino de dejar atrás eso de “después de las fiestas me pongo a dieta” e intentar comer de forma más flexible y conectada contigo y tus necesidades para siempre.
Para empezar a cultivar esa flexibilidad en las comidas navideñas, te invito a que no te prives de nada y te des permiso incondicional para comer, preguntándote antes: «¿Realmente lo quiero?, ¿si pudiera comer de esto siempre que quisiera comería tanto ahora?».
Te puede ser útil tomarte un momento para reflexionar sobre cuáles son tus comidas favoritas durante las fiestas y hacer espacio para esas comidas.
Respira y establece una intención para las comidas navideñas
A veces podemos sentirnos superados por tanta comida y tan buena. Antes de comer, haz unas respiraciones profundas y establece una intención para esa comida: «¿Cómo quiero que se sienta mi estómago después de esta comida, lleno de forma cómoda, muy lleno o demasiado lleno? ¿Y cómo quiero sentirme emocionalmente después de esta comida? ¿Qué tipo de alimentos y en qué cantidad me ayudarán a sentirme satisfecha una vez acabe de comer?» Maximizar el disfrute incluye elegir alimentos que sepan bien y se sientan bien en el cuerpo. Y sobre todo, haz esto sin renunciar al placer, la satisfacción al terminar de comer también va asociada al placer experimentado.
Pero no pierdas de vista que la intención de las prácticas de la alimentación consciente no es que comas menos (ya que sin darte cuenta estarás restringiendo), sino que sientas que tienes más poder de decisión. Es decir, que estás más capacitad@ para no dejarte llevar por el automatismo o los hábitos.
Honra tu hambre
Parte de la satisfacción proviene de estar hambrientos, porque ayuda a que los alimentos sepan mejor, pero si llegamos a las comidas demasiado hambrientos, probablemente comamos con urgencia.
Honrar el hambre es un principio básico de la alimentación consciente y en esta época del año permanecer nutrida durante todo el día es esencial porque si llegas a la mesa con demasiada urgencia vas a devorar y ¡no va a disfrutar plenamente de la comida!
Hambre urgente + deliciosa comida navideña = comer en exceso.
A veces, para compensar un exceso, puedes decidir no cenar o no desayunar. Aunque sientas que te has pasado, es interesante mantener el ritmo de las 3 ó 4 comidas diarias; si te saltas comidas seguramente llegarás con mucha más hambre a la siguiente comida y tendrás más probabilidades de sobreingerir. Además, saltarse comidas o hacer deporte para compensar o quemar solo perpetua la lucha y el control con la comida. ¡Y sobre todo escucha lo que te pide tu cuerpo y sigue tu intuición!
Intenta mantener unas rutinas
Cuando nos ponemos en “modo off” -es decir, “modo fiesta” o “modo placer”-, parece que no hay espacio para cuidarse. Recuerda que cuidarte no es un objetivo, sino algo que para ti es importante ahora y siempre. Intenta mantener ciertas rutinas los días de vacaciones, tanto en las comidas como en el movimiento.
Busca actividades que te hagan sentir bien contigo misma y te nutran, como pasear, juegos de mesa… Caminar es uno de los mejores regalos que le puedes dar a tu cuerpo, dar un paseo consciente, poniendo atención al movimiento de tu cuerpo, a tu respiración, al paisaje que te rodea, a las sensaciones, al placer de una buena compañía, etc. puede ser un bálsamo para tu estado de ánimo.
Aprendiendo a poner límites en las comidas navideñas
Para poner todo esto en práctica, te puede ayudar ensayar mentalmente escenarios desafiantes relacionados con la alimentación. Puedes preguntarte: «¿Qué forma tendría disfrutar de las comidas navideñas/fiestas/vacaciones sin sentir que me desconecto de mí y de mis necesidades?». Entonces, imagínate eligiendo alimentos, disfrutando de la comida y parando cuando ya te sientas satisfecha.
Y recuerda intentar acercarte a todo esto desde un lugar de no perfeccionismo o de juicio, ¡es normal comer en exceso, todos comemos demasiado a veces!
Tú y solo tú eres responsable de tu salud. Muchas veces, por hacer felices a los que queremos, dejamos de respetar nuestro cuerpo. Puedes ensayar mentalmente cómo sería decir amablemente: “Gracias, estaba riquísimo, pero noto que ya fue suficiente”.
Valeria Mondino
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Naturaleza Savia destaca:
- La alimentación consciente nos ayuda a resituarnos entre los extremos del exceso y de la restricción, nos da espacio para elegir comer aquellos alimentos placenteros desde un lugar de permiso incondicional.
- La intención de las prácticas de la alimentación consciente no es que comas menos (ya que sin darte cuenta estarás restringiendo), sino que sientas que tienes más poder de decisión. Es decir, que estás más capacitad@ para no dejarte llevar por el automatismo o los hábitos.
- Cuando nos ponemos en “modo off” -es decir, “modo fiesta” o “modo placer”-, parece que no hay espacio para cuidarse. Recuerda que cuidarte no es un objetivo, sino algo que para ti es importante ahora y siempre. Intenta mantener ciertas rutinas los días de vacaciones, tanto en las comidas como en el movimiento.