Ser auténtico es ser consecuente con uno mismo, lo que conduce a vivir en armonía, a sentirse bien. Merece la pena
Escuchamos a menudo lo importante que es ser auténtico. Pero, ¿qué es ser auténtico/a? ¿Se trata simplemente de no tener “pelos en la lengua” o estamos hablando de otra cosa?
Según el DRAE, ser auténtico significa ser “consecuente consigo mismo, que se muestra tal y como es”. Las personas auténticas son consecuentes consigo mismas porque sus pensamientos, palabras y acciones están alineados. Cuando esto sucede, se encuentran en armonía, se sienten bien. Pero, además, las personas auténticas se muestran tal y como son, dejan ver su personalidad y no hacen o dicen cosas no acordes con sus valores sólo por encajar en los moldes de la sociedad.
Podríamos decir que la autenticidad es eso, un sentimiento de que nuestro comportamiento está acorde con la percepción que tenemos de nosotros mismos. Cuando esto sucede, nos sentimos libres para expresar nuestras ideas, para asumir más riesgos y hablar más de nosotros mismos porque nos conocemos y somos conscientes de que no somos perfectos ni podemos gustar a todo el mundo.
¿Cómo son las personas auténticas? ¿Eres tú una de ellas?
Según el psicólogo clínico estadounidense Guy Winch, autor de “Emotional First Aid Book”, las personas auténticas poseen las siguientes cualidades:
-Tienen una autoestima sólida, lo que les permite estar menos a la defensiva y no verse afectados por los comentarios externos.
-Aceptan sus debilidades y las entienden como parte de su persona y como oportunidades para aprender y crecer.
–Comparten sus verdaderos pensamientos, creencias y opiniones con el mundo. Para ello, el primer paso es conocerse a sí mismos para poder compartirlo después con el mundo. Y el segundo paso es expresarse con asertividad, respetando siempre a los demás, la gran diferencia respecto a no tener “pelos en la lengua”.
-Dan y reciben elogios sin problema. No sienten la necesidad de impresionar ni de influir en los demás. Lo hacen desde la libertad.
–Escuchan de verdad. Respetan a las personas, por lo que escuchan para entender y no para juzgar.
-Actúan oyendo su voz interior y no en base a influencias externas.
Cuando actuamos en contra de quienes somos de verdad, se produce lo que en Psicología se denomina disonancia cognitiva. Ese “desajuste” entre lo que somos y lo que aparentamos ser nos produce mucha incomodidad. Por tanto, el primer beneficio de la autenticidad es ser más feliz.
Las relaciones sólo puede funcionar felizmente a medio/largo plazo si ambas partes dicen la verdad
Pero también tiene repercusiones en el trabajo, pues las personas auténticas obtienen mejores resultados y son más apreciados por sus compañeros que las que no se muestran abiertamente tal y como son.
Los estudios demuestran que las personas que creen que sus comportamientos en el trabajo reflejan sus propios valores y creencias se sienten bien consigo mismas. Está demostrado que la autenticidad está muy ligada a la motivación, la satisfacción en el trabajo y el bienestar. Las personas auténticas saben controlar mejor su estrés y no perder el foco en lograr sus objetivos.
Dado que al entrar en el mundo laboral no podemos dejar fuera nuestras preferencias, rasgos de personalidad y valores, resulta muy importante formar parte de organizaciones donde nuestros valores y los de nuestra empresa están alineados. Se trata de un punto importantísimo a la hora de realizar un proceso de selección como en una búsqueda de trabajo. Como en las relaciones de amor o amistad, la relación laboral sólo puede funcionar felizmente a medio/largo plazo si ambas partes dicen la verdad. Estar fingiendo ser otra persona para encajar resulta agotador y produce muchísima infelicidad.
Hoy es un buen día para poner en práctica estos consejos para lograr una vida más auténtica:
- Revisa y redefine tus valores. A menudo, hemos crecido con unos valores que pueden ya no ser útiles para quienes somos en la actualidad. Mirarlos con cierta distancia y alinearlos con quien eres hoy para ser feliz y lograr tus objetivos es el primer paso para llevar la vida que realmente quieres.
- Alimenta una mente abierta. Fuera juicios. La dualidad de lo bueno-malo nos quita flexibilidad y nos limita porque asumimos que los demás también nos mirarán bajo ese prisma. Intenta mirar todos los lados de una situación para entender, no para poner etiquetas. La vulnerabilidad vendrá sola.
- Date cuenta de cuándo eres auténtico. Fijarte en los momentos en que no eres sincero al comunicarte o cuando actúas de forma no acorde a tus valores fundamentales te dará muchas pistas sobre los miedos y creencias que están actuando como barrera a tu autenticidad. El miedo que se vence, como el miedo al ridículo, es aquel que reconocemos y enfrentamos.
- Confía en tu intuición. A veces hay cosas que no somos capaces de ver con la razón, pero la intuición no falla a la hora de hacernos sentir en armonía o lejos de ella. Cuando sientas esto, fíjate en lo que está pasando, en ti y en la situación en que te encuentras: tu instinto podría estar avisándote de que no estás siendo auténtico.
Coraje para hacer lo que realmente quieres
No me gustaría concluir sin mencionar el libro titulado «Los cinco arrepentimientos de los moribundos», escrito por Bronnie Ware, enfermera experta en cuidados paliativos y enfermos terminales que recoge los arrepentimientos más repetidos por quienes estaban cerca de la muerte. Y uno de ellos dice así: “Ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer y no lo que los otros esperaban que hiciera”.
Y tú, ¿prefieres arrepentirte o empezar a vivir y mostrarte de forma acorde a tus valores?
Sandra Martínez
Naturaleza Savia destaca:
- Cuando somos auténticos, nos sentimos libres para expresar nuestras ideas, para asumir más riesgos y hablar más de nosotros mismos porque nos conocemos y somos conscientes de que no somos perfectos ni podemos gustar a todo el mundo.
- Las personas auténticas escuchan de verdad. Respetan a las personas, por lo que escuchan para entender y no para juzgar.
- Como en las relaciones de amor o amistad, la relación laboral sólo puede funcionar felizmente a medio/largo plazo si ambas partes dicen la verdad. Estar fingiendo ser otra persona para encajar resulta agotador y produce muchísima infelicidad.