¿Todos los años te planteas nuevos retos y luego no los cumples? Te contamos cómo encontrar tu verdadero propósito e ir a por él sin dudarlo
Cada final de año aparece ante nosotros, un calendario repleto de nuevos “propósitos” en diferentes áreas de nuestra vida. Pero muchas personas se hacen la misma pregunta año tras año:
- ¿Cuál es mi verdadero propósito?
- ¿Qué puedo y debo cambiar en mi vida para que sea un año positivo y abundante?
Te diré algo de lo que estoy totalmente convencido. Más allá de nuestras ambiciones y retos personales, el verdadero “propósito de nuestra vida” no es algo que debes hacer o mejorar… en realidad nuestro propósito de vida no es otro que el de disfrutar de ELLA desde todos sus “ángulos”, alineándote con las pequeñas cosas y los referentes más básicos.
De corazón te digo que solo tenemos un propósito claro y definido y es extrapolable a cualquier ser humano y ser vivo:
“VIVIR INSTAURADOS EN EL PRESENTE Y EXPRIMIR NUESTRO TIEMPO EN LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE”
Nuestro propósito no es algo tangible, no es una meta a alcanzar, nuestro propósito viene de serie y solo tenemos que ser conscientes de lo que nos conecta con el alma, con nuestros abrazos, con nuestra generosidad y gratitud, con nuestro entorno, con nuestros amigos y familiares, con el amanecer y el atardecer diario, con la brisa fresca del otoño y del invierno, con los olores y los colores en el viento… no necesitamos más para ser felices. Todo lo demás es solo cuestión de trabajarlo e ir a por ello, pero no son propósitos, son proyectos y opciones para sentirnos mejor en diferentes áreas de nuestra vida.
Sin embargo, hay algo ineludible e indiscutible para sentirte con ese “estado de gracia” para conectar con el universo de lo sencillo, priorizarnos y mimarnos en los 3 pilares básicos de nuestro bienestar:
- Una alimentación coherente.
- Nuestro cuerpo en movimiento.
- Una gestión emocional equilibrada, gestionada y aceptada, pero no reprimida y capada.
Todo lo que ingerimos por nuestra boca se dirige a nuestro estómago y en él se activan diferentes hormonas y neurotransmisores para proporcionarnos un estado anímico determinado:
“SOMOS LO QUE COMEMOS”
Es tal cual, no solo es una cuestión de ingerir alimentos saludables, también debemos alimentarnos de forma consciente para que todos los mecanismos de nuestro bienestar a través de nuestra química natural se alineen con nuestro bienestar y con unas emociones equilibradas.
Comer de forma automática no es nutrirse de forma consciente. No basta con comer bien, necesitamos alimentarnos con consciencia plena y crear una sinergia positiva con nuestro comportamiento alimenticio.
Nuestra movilidad física también nos reporta una activación química que maneja nuestros estados de ánimo. Nuestro cuerpo está diseñado para moverse, es una actitud totalmente integrada en nuestro ADN que ha supuesto la principal apuesta de supervivencia del ser humano… correr para huir del peligro.
En el mundo actual, donde en la mayoría de casos, no necesitamos correr para sobrevivir, hemos acabado difuminando esta reacción natural de movimiento y la hemos transformado en sedentarismo. Eso ha creado cuerpos inactivos, con bajos niveles de energía y muy poca capacidad para movernos con agilidad y efectividad y eso, a lo largo de los años, nos está quitando salud y bienestar.
Por tanto, ya no podemos depender de nuestra propia naturaleza “huidiza” y debemos forzar, de alguna manera, nuestra voluntad de ejercitarnos diariamente para que se creen automatismos y el hábito de movernos.
Difícilmente podemos conectar con lo importante y con ese propósito imprescindible en nuestra existencia, si no somos capaces de mantener nuestro cuerpo en movimiento y nutrirlo bien.
Todo esto lo podemos ir modificando e integrando en este nuevo año. Si no puedes solo, busca ayuda profesional, pero no lo conviertas en un deseo postergador que nunca llega a emprender su viaje hacia la cima.
No permitas que tu barco se hunda por toda el agua que entra dentro de él… porque no es el agua que rodea al barco el que te hunde, sino el agua que tú permites que entre dentro. Y para eso hemos de aprender a manejar nuestras emociones y gestionarlas para equilibrarlas y poder entenderlas, permitiéndonos sentirlas y aceptándolas sin condiciones.
Gestionar nuestras emociones no es reprimirlas o negarlas, eso enquista esas emociones que nos angustian y nos hacen sufrir más allá del dolor inicial o de un estado anímico negativo. Debemos permitirlas sin filtros y convertirnos en simples observadores neutros, sin interpretarlas como negativas o positivas, sino como simples emociones que deben pasar para no quedarse. Para ello necesitamos emplear herramientas de observación sin juicios, ni etiquetas a través de ejercicios de respiración consciente y de meditación. También a través de las afirmaciones positivas y ejercicios cognitivos de crecimiento personal.
Al fin y al cabo, no debes olvidar algo muy importante… tu propósito, el mío y el de todo ser humano y ser vivo en general, no es otro que el de conectar con el universo de lo sencillo e incluso a veces invisible si no ejerces una atención plena… debemos estar presentes, sin condiciones y sin censuras mentales.
No necesitamos protegernos de las emociones, debemos protegernos de nuestras interpretaciones sobre ellas a través de esos pensamientos que están constantemente seleccionando nuestros estados de ánimo como si de una ecuación matemática se tratara.
Así que mi deseo para este año 2021 es que cuides lo básico, cuides tu cuerpo para que tu alma se alinee con ese estado de gracia “impermeable” a las interpretaciones de nuestra mente.
Estas son las promesas que debemos hacernos para este nuevo año, más allá de las expectativas sociales, económicas o educativas que poco tienen que ver con sentir plenitud y serenidad… está bien crearnos objetivos y motivaciones tangibles y numéricas, pero nuestra mayor motivación debe ser la del “VIVIR AL MÁXIMO” sin filtros, ni exclusiones priorizando nuestra salud física, mental y emocional.
Xavier Miralpeix
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Naturaleza Savia destaca:
- Más allá de nuestras ambiciones y retos personales, el verdadero “propósito de nuestra vida” no es algo que debes hacer o mejorar… en realidad nuestro propósito de vida no es otro que el de disfrutar de ELLA desde todos sus “ángulos”, alineándote con las pequeñas cosas y los referentes más básicos.
- Nunca pierdas el foco de los 3 pilares básicos de nuestro bienestar: una alimentación coherente, nuestro cuerpo en movimiento y una gestión emocional equilibrada, gestionada y aceptada, pero no reprimida y capada.
- Está bien crearnos objetivos y motivaciones tangibles y numéricas, pero nuestra mayor motivación debe ser la del “VIVIR AL MÁXIMO” sin filtros, ni exclusiones priorizando nuestra salud física, mental y emocional.
Llénate de vida