Este sábado cambiamos de hora, a las 3 de la madrugada serán las 2. Dormirás una hora más, pero ¿notas que el cambio te afecta en tu día a día? Consejos para que no ocurra
Durante el año tenemos dos cambios horarios: en la entrada del invierno y en la entrada del verano. El próximo es en la madrugada del 24 al 25 de octubre, donde a la 3 a.m. serán las 2 .m.
La razón que se nos da para este cambio horario es la de reducir el consumo eléctrico, haciendo coincidir las horas de luz con la jornada laboral.
Los seres vivos siguen un ciclo de 24 horas de luz y oscuridad
La vida evolucionó marcada por este ciclo. Nuestro organismo se regenera, desintoxica, hidrata y nutre a lo largo del día, así que llevamos un reloj molecular que mantiene de forma natural a todos los seres vivos sincronizados a este ciclo. El día regula nuestros procesos corporales, que se alteran al llegar la noche.
Si bien es cierto que puede parecer una nimiedad un cambio de una hora en nuestro reloj biológico, este proceso produce alteraciones en nuestro ritmo circadiano (cambios físicos, mentales, conductuales, que siguen un ciclo diario y responden a la luz y la oscuridad en el organismo).
Al verse alterado el ritmo circadiano, al que podemos asemejar con un pequeño jet lag, este desajuste horario provoca alteraciones en nuestro cuerpo como:
- Falta de atención
- Irritabilidad
- Fatiga
- Nerviosismo
- Astenia
- Cefaleas
- Somnolencia
- Problemas digestivos
Se ven afectados en mayor medida con este cambio sectores de población más sensibles como ancianos, niños y enfermos, a los que tendríamos que prestar una especial atención.
Como norma general, nuestro cuerpo tarda entre dos y tres días en aceptar biológicamente estos cambios y equilibrar así el ritmo circadiano.
Cómo podemos minimizar estos trastornos
Con unas sencillas pautas:
- Manteniendo nuestro horario de sueño.
- Evitando siestas o cabezaditas durante el día.
- Teniendo alejados alcohol y tabaco, comidas copiosas o muy grasas.
- Dejando tiempo entre la cena y la hora de acostarse.
- Evitando antes de dormir móviles, ordenadores, etc. (mejor un buen libro).
- Haciendo ejercicio moderado durante el día, para activar endorfinas.
- Desayunando fuerte y cenando ligero.
- Tomando infusiones relajantes si nos sentimos alterados o inquietos.
Prioridades que debemos tener en cuenta en la alimentación
- Comidas calientes o de cuchara.
- Verduras y frutas de temporada.
- Alimentos calmantes como la avena o la cebada.
- Fermentados como el chucrut o el kimchi.
- Probióticos como kéfir, kombuncha, miso…
- Té kukicha.
- Semillas como sésamo, lino o girasol
- Frutas dulces como la calabaza o el moniato.
Si bien es cierto que el ser humano lleva milenios con un ciclo regulador de luz y oscuridad y cualquier cambio por mínimo que sea, produce alteraciones biológicas, en nuestra evolución como especie hemos aprendido a ser y saber adaptarnos a los cambios. Siguiendo, además, estos hábitos y pautas alimenticias, todo ser más fácil.
Como decía el poeta Edward Young, «cada noche morimos, cada mañana nacemos de nuevo».
Lola Sanjuan
Naturaleza Savia destaca:
- El cambio de hora produce alteraciones en nuestro ritmo circadiano (cambios físicos, mentales, conductuales, que siguen un ciclo diario y responden a la luz y la oscuridad en el organismo).
- Sufrimos un pequeño jet lag con consecuencias como falta de atención, irritabilidad, astenia o cefaleas. Los más afectados son ancianos, niños y enfermos.
- Para afrontar estos cambios, se debe tener especial cuidado y llevar unos hábitos de vida saludable y una alimentación sana.