Sin compromiso, aún con mucha voluntad, es difícil avanzar y ver un resultado. De la mano de Ester Echeverría, aprendemos a tomar una decisión consciente y responsable
Durante estas semanas de confinamiento, el aislamiento social nos ha hecho mirar más hacia nosotros mismos, observarnos en un lugar en el que la mayoría no habíamos estado hasta ahora y en el que la vida nos ha colocado como consecuencia del coronavirus.
La rutina de estos meses, alejada de nuestra rutina habitual, nos ha llevado, en muchos casos, a vivir en una montaña rusa de emociones con mucha intensidad y a hacernos muchas preguntas: ¿qué me mueve en la vida?, ¿qué es importante para mí?, ¿cuáles son mis valores?, ¿hacia dónde quiero dirigirme?, ¿cuál es mi próximo objetivo?, ¿qué anhelo?
Posiblemente algunas de estas preguntas tengan una respuesta distinta si te las has preguntado antes o después de la pandemia. Quizá también estos meses de encierro nos vayan a obligar a tomar acciones diferentes a las que hemos estado tomando hasta ahora porque la realidad de hoy es diferente a la de ayer.
El coronavirus nos ha sacado de nuestra zona de confort y es un buen momento para diferenciar el ser que somos de la vida que vivimos en cada momento. De ahí la importancia de saber quiénes somos, qué queremos y a dónde vamos en cualquier ámbito de nuestra vida: en la familia, a nivel personal, laboral, de amistades…
Piensa en el objetivo que quieres lograr y recuerda que no te estás traicionando en tus valores ni en tu forma de ser, simplemente estás adquiriendo otros que necesitas en esta nueva realidad de hoy y te van a permitir ir hacia adelante y lograr el ansiado equilibrio y bienestar.
Voluntad y ganas de hacer versus compromiso adquirido
Hay una excelente distinción a tener presente a la hora de querer conseguir nuestro objetivo y es la voluntad y las ganas de hacer versus el compromiso adquirido.
Un ejemplo para ilustrar lo que estoy diciendo: quiero adelgazar y estar en forma y decido que hoy voy a empezar a hacer dieta y deporte enérgicamente, pues tengo la voluntad de hacerlo. Al tercer día, el trabajo se me ha complicado, los niños me reclaman, el confinamiento me tiene aturdida… y me voy dando cuenta de que, poco a poco, esa voluntad tan enérgica se va diluyendo.
Siempre van a salir agentes que nos van a boicotear y no tenemos que dejar que ellos dominen nuestras ganas de hacer. Por ello, es muy importante estar comprometidos al 100%, pues sin compromiso, aún con mucha voluntad, es difícil avanzar y ver un resultado.
Desgrana lo que te ha servido y no a lo largo de tu vida
Dime si te has visto alguna vez en esta situación. Si es así, te invito a hacer el siguiente ejercicio: apúntate en un papel qué es lo que te ha funcionado y lo que no. Lo que te ha funcionado, márcalo bien en un color radiante y tenlo presente como un bien preciado. Lo que no te ha funcionado, cópialo en otro papel y analiza qué hizo que no funcionara: quizás la expectativa, quizás era más fantasía que realidad, quizás no era el momento… Desgrana al máximo cada respuesta que te das. Este trabajo te ayudará a identificar todo lo que no te sirvió.
¿Para qué nos sirve todo esto? Para que cuando nos encontremos en una situación similar, tengamos muy claro qué hacer y qué no y cuán comprometidos estamos. Así podremos tomar una decisión consciente y responsable y, sobre todo, alineada a nuestros valores escogidos.
Espero que estos pequeños “tips” te sirvan y los puedas aplicar en tu día a día.
Ester Echeverría
Naturaleza Savia destaca:
- Una excelente distinción a tener presente a la hora de querer conseguir nuestro objetivo es la voluntad y las ganas de hacer versus el compromiso adquirido.
- Para que nuestra mente no domine nuestras ganas de hacer es muy importante estar comprometidos al 100%, pues sin compromiso, aún con mucha voluntad, es difícil avanzar y ver un resultado.
- Cuando sientas que vas a rendirte, piensa por qué empezaste.
- Un buen ejercicio a la hora de actuar es apuntarte en un papel qué te ha funcionado y qué no en circunstancias similares. Lo que te ha funcionado, márcalo bien; lo que analiza qué ocurrió, quizás la expectativa, quizás era más fantasía que realidad, quizás no era el momento…
1 Comentario
Me ha parecido de una claridad asombrosa. Te pilla de pleno porque no permite q te engañes.
Enhorabuena. Un articulo sin desperdicio.