El 22 de marzo celebramos el Día Mundial del Agua para recordar la relevancia de este líquido esencial para la vida y sensibilizar sobre los peligros de su escasez
El agua es fuente de vida, es el nexo que une a todos los seres vivos del planeta. El agua es el componente más abundante en los medios orgánicos, los seres vivos contienen por término medio un 70% de agua. El agua es esencial para los ecosistemas naturales y la regulación del clima.
El agua fluye en un movimiento continuo y transformador en lo que conocemos como ciclo hidrológico, sin principio ni fin, por la superficie de la tierra y por debajo de ella, en todas sus formas, como líquido, vapor o hielo. Aunque el total de agua presente en el planeta permanece relativamente constante en el tiempo, su disponibilidad resulta particularmente vulnerable.
Nuestro «planeta azul» se está quedando sin agua dulce
Mientras que el 70% de la Tierra está cubierta de agua, solo el 3% es agua dulce. Nuestro “planeta azul” se está quedando sin agua dulce, la fuerza vital que mantiene a todos los seres vivos. Los humanos consumimos agua a un ritmo más rápido que la capacidad de la naturaleza para reponerla.
Hoy en día el agua se encuentra amenazada por varios factores críticos: el aumento de la población mundial, la creciente demanda de los sectores productivos agrícola e industrial y, en especial, por los efectos ocasionados por el cambio climático y la contaminación.
Otro aspecto clave que evidencia la importancia del agua es que es fundamental para la salud. La pandemia provocada por la covid-19 nos ha enseñado lo importante que es disponer de agua en cantidad y calidad suficiente para poder realizar un lavado de manos que actúe de barrera frente a ésta y otras enfermedades infecciosas. Sin embargo, las enfermedades relacionadas con el agua y el saneamiento siguen estando entre las principales causas de fallecimiento de niños menores de 5 años; más de 800 niños mueren cada día por enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene; 2.200 millones de personas en el mundo viven sin acceso a agua potable, lo que les hace ser extremadamente vulnerables a contraer alguna enfermedad.
1 de cada 3 personas en el mundo no tiene acceso a agua potable
Por eso, cada 22 de marzo celebramos el Día Mundial del Agua, para recordar la relevancia de este líquido esencial para la vida y sensibilizar a la población sobre la problemática existente como consecuencia de la escasez del agua. A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 1 de cada 3 personas en el mundo no tiene acceso a agua potable. Para las Naciones Unidas esta celebración tiene por objetivo “concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030”.
En 2021, el tema elegido es “Valoremos el agua”. El agua significa cosas distintas para cada persona en función de su contexto y del uso e importancia que tiene en sus vidas. En el mundo desarrollado asumimos que abrimos un grifo y disponemos de agua potable a demanda; sin embargo, millones de personas no tienen garantizado este derecho humano al agua reconocido como tal por las Naciones Unidas.
Cada vez hay mayor demanda de agua
Como consecuencia del desarrollo económico y del incremento de la población mundial, la agricultura y la industria necesitan cada vez más agua por lo que para satisfacer la demanda se hacen uso de grandes volúmenes. El cambio climático, por su parte, hace que los patrones de disponibilidad de agua sean más irregulares. A todo ello hay que añadir los enormes problemas que ocasiona el agua contaminada.
Podemos valorar el agua desde diferentes enfoques: desde su valor ambiental como base de la vida de la biodiversidad, desde el valor de las infraestructuras hidráulicas que permiten almacenar y transportar el agua allí donde más se necesita y ayudan a limpiarla y devolverla a la naturaleza tras su uso por parte del hombre, desde el valor que aportan los servicios relacionados con el agua: agua potable, saneamiento y servicios de salud, también como elemento esencial para la producción y la actividad socioeconómica (alimentación y agricultura, energía e industria, empresas y empleo) y, también, como el valor que aportan los aspectos socioculturales del agua: cualidades recreativas, culturales y espirituales. En la práctica, se presta atención a los aspectos económicos del agua dejando al margen su valor sociocultural o medioambiental.
La forma en que valoremos el agua determinará la manera de gestionarla. El agua vale mucho más que el precio que pagamos por ella: el agua tiene un valor incalculable y complejo para nuestros hogares, nuestra salud, nuestra educación, nuestra economía, nuestra cultura y nuestro entorno natural.
Urge tomar conciencia de la necesidad de gestionar de forma eficiente y sostenible el agua
Si no comprendemos a fondo el valor real y multidimensional del agua, no podremos preservar este recurso crítico en beneficio de todos.
Urge tomar conciencia de la necesidad de gestionar de forma eficiente y sostenible el agua, garantizando su calidad sin comprometer ni poner en riesgo su disponibilidad futura.
Proteger, respetar y conservar todas y cada una de las fuentes de agua que existen en el planeta es una tarea que debemos cumplir, con el objetivo de mantener nuestra supervivencia y la del conjunto de seres vivos que habitamos la Tierra.
Si descuidamos cualquiera de esos valores corremos el riesgo de gestionar de forma deficiente este recurso finito e irremplazable. El agua es vida y su cuidado es cosa de todos, ¡somos agua!
Marta Santafé
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Naturaleza Savia destaca:
- El 22 de marzo celebramos el Día Mundial del Agua para recordar la relevancia de este líquido esencial para la vida y sensibilizar sobre los peligros de su escasez.
- El agua fluye en un movimiento continuo y transformador, sin principio ni fin, por la superficie de la tierra y por debajo de ella, en todas sus formas, como líquido, vapor o hielo. Aunque el total de agua presente en el planeta permanece relativamente constante en el tiempo, su disponibilidad resulta particularmente vulnerable.
- Los humanos consumimos agua a un ritmo más rápido que la capacidad de la naturaleza para reponerla. Corremos el riesgo de gestionar de forma deficiente este recurso finito e irremplazable. El agua es vida y su cuidado es cosa de todos, ¡somos agua!