Nos acercamos a la problemática que rodea a las personas con discapacidad y problemas de conducta y cómo solucionarlo. Entendiéndoles todos podemos aportar y conseguir un mundo mejor
Creo que uno de los temas más importantes para todas las personas que tienen diversidad funcional, sus familias y los profesionales es la mejora continua de la calidad de vida.
Los problemas de conducta hacen que la calidad de vida disminuya para la persona con discapacidad y su entorno. Son unas conductas que provocan aislamiento, frustración, miedo…
A mediados de los años 80 del siglo pasado, en contraposición al uso de técnicas aversivas (las cuales yo no recomiendo en ningún caso), aparece una metodología llamada Apoyo Conductual Positivo como respuesta a esos problemas de conducta.
Hasta ahora sólo se buscaba que la conducta desapareciera sin tener en cuenta las circunstancias de la persona
Es una metodología que implica modificar el contexto y las habilidades de la persona que presenta la conducta problemática. Hasta el momento, sólo se tenía en cuenta la conducta en sí; es decir, se intervenía para que esa conducta desapareciera sin tener en cuenta las circunstancias, capacidades o funciones.
Con el apoyo conductual positivo, en primer lugar, vamos a conocer a la persona y su contexto. Vamos a realizar un plan de apoyo conductual positivo, el cual es individual y nos va a permitir intervenir de una forma efectiva y lo menos aversiva posible para modificar esas conductas problemáticas.
Es una metodología proactiva que nos permite utilizar la prevención como método de intervención. Tenemos que conocer sus capacidades y habilidades así como su capacidad comunicativa (esta parte es muy importante). También tenemos que conocer su pauta de medicación (si tiene) y su condición física y mental.
En segundo lugar, tenemos que conocer su historia personal; es decir, si vive en residencia, si tiene trabajo, cómo es su día a día o sus relaciones significativas, entre otros asuntos.
Las entrevistas personalizadas permiten tratar a la persona en todo su contexto y no generalizar
En tercer lugar, sería bueno conocer la historia de la conducta que queremos eliminar o reducir. Cuánto tiempo lleva haciéndola, cuándo y por qué empezó.
Esta primera parte del apoyo conductual positivo la realizamos mediante entrevistas y con cuestionarios estandarizados.
Cuando tenemos esta parte realizada, tratamos de definir correctamente y de una forma que pueda ser mensurable la conducta; es decir, vamos a registrar esta conducta para conocer su intensidad, su frecuencia y su duración. Por ejemplo, decir que uno se porta mal no es una conducta mensurable; sin embargo, dar un puñetazo sí es una forma correcta de describir una conducta problemática.
Una vez identificada la conducta problemática, el contexto y a la persona realizamos una de las partes más importantes: la evaluación funcional. En ella, mediante elaboración de hipótesis y su verificación, tratamos de
identificar cuál es la función que tiene esa conducta en ese momento determinado para esa persona.
Cuanto más conozcas a la persona más refuerzos positivos puedes encontrar
Como podéis ver, es un trabajo arduo y constante. Cuando tenemos las funciones de las conductas podemos pasar a realizar las intervenciones necesarias. Es muy importante conocer bien a la persona para poder utilizar los refuerzos positivos que son útiles.
Nuestra misión será, mediante la modificación contextual, la prevención (en la medida de lo posible) de eventos desencadenantes y el no refuerzo de estas conductas problemáticas, intentar eliminar o reducir estas conductas así como enseñar conductas alternativas no problemáticas que desempeñen la misma función.
El plan de apoyo conductual positivo está en continua evaluación y seguimiento. Es muy probable que tengamos que modificarlo en el caso de no obtener los resultados buscados.
Por último, tenemos que hacer un ejercicio de mantenimiento de estas conductas y una generalización a todos los contextos. Para comprobar si el plan es eficaz, un buen indicador es pasar un cuestionario para medir la calidad de vida antes y después del plan.
Andrés Yáñez Iglesias
Naturaleza Savia destaca:
- Conocer la problemática de las personas con discapacidad nos permite entenderlas mejor y poder aportar nuestro granito de arena por un mundo mejor.
- Los problemas de conducta hacen que la calidad de vida disminuya para la persona con discapacidad y su entorno. Son unas conductas que provocan aislamiento, frustración, miedo…
- El apoyo conductual positivo es el método más efectivo para mejorar su calidad de vida, con un trato absolutamente personalizado, teniendo en cuenta todas sus circunstancias y no tratando a todos por igual. Esta metodología busca intervenir de forma efectiva y no aversiva.