La pizza, uno de los alimentos más consumidos en España, puede formar parte de la sana dieta mediterránea si cuidamos sus ingredientes
La cesta de la compra de los españoles nos delata. En los últimos 40 ó 50 años se han producido significativos cambios que han perjudicado nuestro tradicional patrón mediterráneo. La sana cocina de nuestra tierra ya no lo es tanto y debido a los malos hábitos que estamos cogiendo las diferencias entre los patrones dietéticos de los países del norte y del sur de Europa se han minimizado.
Nos hemos ido alejando mucho de nuestra dieta mediterránea, la más natural y beneficiosa para nuestro bienestar físico. Factores como la falta de tiempo, la facilidad para disponer de alimentos que contribuyen a crear un ambiente que nos hace tender a la obesidad e incluso la publicidad han hecho que vayamos dejando de lado nuestra alimentación tradicional, con consecuencias negativas para el peso y la salud de la población.
En este periodo también ha habido cambios positivos como mayor consumo de frutas, lácteos y pescados, pero hay aspectos menos saludables como mayor ingesta de carnes y alimentos ultraprocesados (galletas, bollos…) y la disminución en el consumo de pan (un pan de calidad es un alimento interesante), patatas y legumbres.
¿Comer sólo un plato único es bueno o malo?
Hay además un incremento de la tendencia a plato único y este hecho no es en sí mismo ni bueno ni malo. Un plato único puede facilitar la reducción de la ingesta calórica e incluso ayudarnos en nuestras elecciones alimentarias guiándonos por herramientas de educación nutricional como My Plate. Si el plato único lleva abundantes vegetales, frutas, legumbres, cereales integrales, frutos secos… es decir, si nos ayuda a consumir más alimentos vegetales y menos alimentos animales (lo cual no quiere decir que no sea saludable, que lo es, consumir en su justa medida lácteos, huevos, pescados, mariscos, carnes como pollo o pavo…) es una buena opción. Sin embargo, si el plato único nos lleva a tomar habitualmente, por ejemplo, opciones como lasañas industriales, es una mala opción. Independientemente de que tendamos a dos platos o a un único plato, la pirámide nutricional tradicional mediterránea nos puede ayudar a ordenar nuestra alimentación.
Uno de los alimentos más consumidos en España según recientes estudios es la pizza, un perfecto ejemplo de que algo que en principio puede parecer malo no tendría por qué serlo. La pizza no tiene por qué ser un alimento necesariamente negativo. Una pizza casera con una base de pan con una harina de grano entero y aceite de oliva virgen extra, con tomate natural y otras verduras frescas, queso tipo mozzarella, productos frescos del mar (gambas, mejillones…), trozos de fruta (piña…), frutos secos (nuez…) puede perfectamente ser tomada con cierta frecuencia y ser incluida en un patrón dietético saludable mediterráneo. Si hablamos de las pizzas “prefabricadas” y listas para calentar o de muchas pizzas que pedimos fuera de casa con masas no tan saludables, con raciones elevadas de quesos grasos, con carnes procesadas y con pocas verduras (salvo algo de tomate) entonces su consumo debe ser puntual porque no se trata de productos saludables.
Una buena alimentación debe respetar tradiciones, cultura y hábitos de una población
El mayor consumo actual de alimentos preparados y ultraprocesados nos aleja del equilibrio alimentario y del lema de “más mercado y menos supermercado” por el cual debiéramos guiarnos. Debemos consumir más alimentos reales y de verdad, más alimentos frescos, de temporada y de cercanía y menos platos preparados.
Aunque hay algunos aspectos positivos (otros obviamente no), de forma gradual nos hemos ido alejando más del patrón mediterráneo y prueba de ello es que esos cambios negativos unidos a la menor actividad física hacen que la obesidad y la obesidad infantil sigan creciendo, los números no engañan.
En mi opinión, un patrón dietético debe respetar las tradiciones, la cultura y los hábitos de la mayoría de las personas de una población. Por ello, yo soy partidario de la dieta mediterránea como la herramienta más útil para la mayor parte de la población.
Dr. Ramón de Cangas
Naturaleza Savia destaca:
- La falta de tiempo y el acceso cómodo a productos ultraprocesados nos han hecho perder nuestros buenos hábitos de la dieta mediterránea.
- La mala alimentación y una vida más sedentaria están elevando los casos de obesidad y obesidad infantil, lo que provoca numerosos problemas de salud.
- Con aceite de oliva virgen extra, frutas, verduras y productos naturales y frutos secos se puede hacer una deliciosa y saludable pizza casera.
- Seguir la pirámide nutricional mediterránea es lo más sano y natural.