Cuida tu salud y la de tu familia enriqueciendo tu dieta con alimentos alcalinizantes. Descubre todos sus beneficios
El equilibrio ácido-base en nuestro cuerpo es esencial para regular las funciones que necesitamos para vivir. Con la balanza correcta entre ácidos y bases, se mantiene un pH constante.
Principalmente los riñones y el hígado y, en menor medida, los pulmones controlan ese equilibrio. Es así cómo las toxinas de los alimentos acidificantes, del estrés diario y de las funcionen normales que realizan nuestras células diariamente desaparecen para mantenernos sanos. Nuestro organismo lo realiza sin esfuerzo mientras que no interfiramos en sus funciones vitales.
¿Cómo ayudarle para que siga con su propia naturaleza? Cuando ingieres un alimento, consumes una proporción de nutrientes para que tus células y órganos funcionen correctamente. Pero qué ocurre cuando nos excedemos en alimentos con mucha cantidad de sustancia acidificantes. El resultado es sufrir de flatulencias, infecciones, cansancio; finalmente, puedes desarrollar una enfermedad indeseada.
Estos problemas se pueden prevenir si sabes cómo hacerlo.
Consume alimentos alcalinizantes
Para prevenir la acidez y producir un ambiente alcalino que facilite las funciones vitales, necesitamos aumentar la cantidad de alimentos vivos; es decir, frutas y verduras. Además, en un porcentaje menor, también es importante tomar alimentos concentrados: legumbres, semillas, frutos secos y cereales integrales.
Las frutas y verduras son una fuente muy rica en agua, hidratos de carbono simples, minerales y fibra dietética, con un bajo contenido en grasa; esto les confiere un efecto protector frente a las grandes enfermedades prevalentes de nuestra sociedad (obesidad, dislipemias, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, cáncer, etc).
Las verduras de hoja verde oscuro tipo kale, brócoli o rúcula favorecen este medio alcalino. Además, son ricas en vitamina K, que ayuda a que coagulemos adecuadamente y aumentan la absorción ósea para disfrutar de unos huesos fuertes. Es una vitamina liposoluble muy beneficiosa que se absorbe en medio graso, por ello no deben faltar en tu dieta grasas ricas en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, como el aceite de oliva y el aguacate.
Las frutas, ácidas o dulces, favorecen el medio alcalino, ya sea un zumo de naranja o uvas dulces. Si buscas un equilibrio de tres piezas diarias al menos, prevendrás las infecciones si esas frutas son ricas en vitamina C. La digestión de la fruta se produce en solo diez minutos, por ello debes consumirlas separadas del resto de alimentos.
Las semillas (lino, chía, pipas de girasol o calabaza o sésamo) y los frutos secos son fuentes ricas en grasas monoinsaturadas, omega 3 y omega 6, y contienen antioxidantes que fortalecen la memoria, la atención y la concentración. Previenen también enfermedades neurodegenerativas que afectan a la memoria. Especialmente destaca el lino, que contiene vitamina B1. ¿Qué hace la vitamina B1? Esta vitamina, al igual que otras del grupo B, ayuda a mantener la salud del sistema nervioso. Pero destaca porque contiene a todas las demás vitaminas en menores proporciones.
Elimina de tu vida el estrés emocional
Al estar conectada nuestra mente al cuerpo, el conjunto de situaciones vitales en las que te involucres con responsabilidad, te nutren emocionalmente y crearás pensamientos en base a esas experiencias. Situaciones de angustia, prisa y relaciones tóxicas van a acidificar tu organismo, dificultando las funciones esenciales que realizan las células. Los tóxicos has de eliminarlos para evitar padecer enfermedades indeseadas que van a aprovechar estas situaciones. Mantener un entorno saludable y amable contigo es necesario para ayudar a tener una vida saludable contigo y tu entorno.
Practica deporte para eliminar tóxicos
Si tu cuerpo produce diariamente más desechos tóxicos de los que elimina, tendrá que almacenarlos en alguna parte. Siempre atento a protegerse y a mantener su integridad, el cuerpo tiende a no almacenar esos desechos en los órganos vitales o en sus inmediaciones: los almacenará en el tejido adiposo y en los músculos. Si el problema no se controla, el resultado final es una incomodidad general, sensación de letargo, porque el cuerpo necesita gastar gran cantidad de su energía en el intento de liberarse de esta acumulación de toxinas.
Practicando deporte aeróbico (pasear, nadar) durante 30 minutos al día, movemos nuestros músculos, que eliminan ácido láctico al torrente sanguíneo de una manera asimilable para ser expulsado por los riñones o el hígado. Previene a tu corazón y fortalece tus huesos.
Además, mientras nos movemos no dejamos de respirar, de una forma más rápida y profunda, y esto produce una mayor eliminación. Inhalamos oxígeno y exhalamos dióxido de carbono, estimulando un intercambio gaseoso en el torrente sanguíneo con las células de los pulmones, llamados alveolos. Eliminamos las toxinas y se reestablece el equilibrio con un Ph normalizado (7.35-7.45).
Vida equilibrada
Las sustancias químicas que segregarás llevando una vida sana serán dopamina y serotonina principalmente, que funcionan como mensajeros químicos que intervienen en las funciones emocionales y estado anímico. Te proporcionarán bienestar para mantenerte sana/o.
Aquí os comparto dos recetas sencillas y de lo más saludables. Para mantener el equilibrio y bienestar físico y emocional, nada mejor que cuidar la salud de forma natural.
Licuado verde para evitar infecciones
- 1/2 manzana amarilla
- 1/2 pepino
- 1 puñado de kale
- 1 trozo de jengibre
- 1 cdita de cúrcuma
- 250 ml de agua de coco
Licuado antioxidante para fortalecer el cerebro
- 1 puñado de espinacas
- 1 pera acuosa
- 100 g de brócoli
- 1 limón exprimido
- 100 g de uvas verdes
- 250 ml de agua de coco
Nuria Ollero
Naturaleza Savia destaca:
- Cuando nos excedemos en alimentos con mucha cantidad de sustancia acidificantes, el resultado es sufrir de flatulencias, infecciones, cansancio; finalmente, puedes desarrollar una enfermedad indeseada.
- Para prevenir la acidez y producir un ambiente alcalino que facilite las funciones vitales, necesitamos aumentar la cantidad de alimentos vivos; es decir, frutas y verduras. Además, en un porcentaje menor, también es importante tomar alimentos concentrados: legumbres, semillas, frutos secos y cereales integrales.
- Las semillas (lino, chía, pipas de girasol o calabaza o sésamo) y los frutos secos son fuentes ricas en grasas monoinsaturadas, omega 3 y omega 6, y contienen antioxidantes que fortalecen la memoria, la atención y la concentración.