Este año el «reseteo estival» viene con miedos e incertidumbres. Elijamos aceptación y coraje frente a resignación, lucha y victimismo y creemos un mapa de nuestras posibilidades
Esta nueva situación mundial con la pandemia por covid-19 nos ha colocado al filo de nuestros miedos e inseguridades. Estamos en un momento de cambios de paradigmas y de situaciones personales y profesionales que debilitan de alguna forma nuestro bienestar y equilibrio emocional y nuestra capacidad decisoria.
Lo bueno de todo esto es que el ser humano tiene un poder enorme de adaptación y superaremos este momento, al igual que hemos superado miles de cambios a lo largo de nuestra historia como especie.
Pero tenemos un hándicap social, cultural y sistemático que nos enroca en el pesimismo y el victimismo… Hemos perdido capacidad para aceptar de forma fluida las circunstancias adversas.
Hemos cambiado la aceptación por la resignación y el coraje por la lucha. Nos cuesta mucho aceptar y aceptarnos en una sociedad que nos educa más en la resignación y la lucha que en la aceptación y el coraje. Hay que tener coraje para sobreponerse pero la lucha no es coraje, la lucha es resistencia y todo lo que no fluye, se enquista.
Las circunstancias adversas forman parte de la vida y nos ayudan a aprender y evolucionar
A veces mezclamos actitudes que aparentemente son iguales pero que en realidad son totalmente opuestas. Disponemos de una enorme facilidad para sentirnos víctimas de nuestras circunstancias al creernos poco merecedores de eso malo que nos pasa, sin ser conscientes casi nunca de que las circunstancias adversas forman parte de la vida porque ésta no es lineal y que aparecen en ella para que aprendamos y evolucionemos hacia nuestra mejor versión humana.
Dentro de este embrollo de emociones confrontadas y mecanismos emocionales, ahora nos viene otro reto que no por básico es menos tedioso en las circunstancias actuales, el verano de la pandemia. Cuando digo el verano de la pandemia, no me refiero al calor; me refiero a las esperadas vacaciones y momentos de “reseteo estival”.
Éste es un verano “raro”, donde las mascarillas, el distanciamiento entre personas, el miedo y la sensación de que todo anda patas arriba se han solapado con las expectativas que veníamos experimentando en estas fechas… tenemos la sensación de que no experimentaremos el mismo verano y las mismas vacaciones placenteras que
veníamos disfrutando hasta ahora.
Ser feliz es una decisión y depende única y exclusivamente de nosotros
Como siempre, llevamos nuestro foco hacia lo externo, hacia afuera de nosotros, como si todo dependiera de las circunstancias que nos envuelven con esa capa oscura de incertidumbre.
Aquí tengo que decir algo con rotundidad: “Ser feliz es una decisión y sentirnos bien este verano o en cualquier fecha del año depende única y exclusivamente de nosotros”.
Para sentir que esto es así, debemos respondernos a estas cuatro preguntas:
1. ¿Estoy dispuesto a aceptar esta nueva situación?
2. ¿Soy capaz de adaptarme a ella?
3. ¿Puedo enfocarme en lo que sí tengo y valorarlo?
4. ¿Puedo disfrutar de otras opciones que antes ni me planteaba?
Una vez tengamos esto respondido, podrás hacerte un mapa mental de posibilidades que pueden convertir estas vacaciones en las mejores de tu vida a pesar de las circunstancias.
Recuerda que para ser feliz y sentir el bienestar por todos los poros de tu piel la prioridad es tener buena salud y para ello es fundamental que utilices parte de tu tiempo de ocio en ejercitar tu cuerpo, sin excesos, pero con regularidad; procurarte una alimentación sana sin renunciar a algunos placeres culinarios puntuales y meditar con frecuencia para equilibrar todos los canales energéticos de tu cuerpo a la vez que aumentas tus niveles de oxigenación gracias a una respiración consciente.
Somos química y como tal, si trabajamos sobre estos tres saludables pilares, esta química te ofrecerá producciones altas de dopamina, endorfinas, serotonina y oxitocina… nada más y nada menos que la química que nos hace sentir de forma natural felicidad y nos permite amarnos por encima de las circunstancias.
Xavier Miralpeix
Naturaleza Savia destaca:
- Nos cuesta mucho aceptar y aceptarnos en una sociedad que nos educa más en la resignación y la lucha que en la aceptación y el coraje. Hay que tener coraje para sobreponerse pero la lucha no es coraje, la lucha es resistencia y todo lo que no fluye, se enquista.
- Las circunstancias adversas forman parte de la vida porque ésta no es lineal y aparecen en ella para que aprendamos y evolucionemos hacia nuestra mejor versión humana.
- Ser feliz es una decisión y sentirnos bien este verano o en cualquier fecha del año depende única y exclusivamente de nosotros.