El 1 de octubre se celebra el Día Internacional del Vegetarianismo, descubrimos los mitos y realidades en torno a esta filosofía de vida
Vegetariano, de vegetus, significa completo, sano, fresco, vivaz y energético. Ésa es la definición que en sus orígenes (en el año 1842) la Asociación Vegetariana Británica le dio a una persona vegetariana.
Desde 1977 se ha estado celebrando el día 1 de octubre el Día Internacional del Vegetarianismo, promovido por la Sociedad Vegetariana de Estados Unidos y la Unión Vegetariana Internacional.
Se cuentan hasta siete clasificaciones distintas de vegetarianismo que hacen que muchas personas se sientan confundidas sobre lo que es y lo que no es ser vegetariano. Lo que tienen en común todas las personas vegetarianas es que excluyen todos los tipos de carne de su dieta. Los motivos de esa exclusión y el tipo de alimentación que sigue cada tipo de vegetariano tiene muchas diferencias.
A mí me gusta hablar del veganismo (uno de los tipos de vegetarianismo) porque creo, igual que lo hacía el fundador del término, Donald Watson, que para ser un verdadero liberador de los animales debemos renunciar a nuestra actitud egoísta de creer que tenemos el derecho de utilizarles para nuestra necesidades.
Para eso, no es suficiente no comer carne. Es necesario también darse cuenta de que los animales son seres que tienen sus propias vidas, que merecen respeto, que no están en este mundo para nosotros, que no son recursos, ni máquinas. Que con la tecnología actual no es para nada necesario recurrir a los productos animales para nuestra supervivencia, ni siquiera para satisfacer nuestros placeres culinarios.
A las personas veganas se nos llama también vegetarianos estrictos, “estrictos” porque no consumimos ningún producto que tenga procedencia animal: ni huevos, ni leche, ni miel, ni vestimos con pieles, ni damos apoyo a los espectáculos con animales.
Con todo esto se ve claramente el fondo del veganismo: no es una dieta ni una opción alimentaria, sino que el objetivo final es hacer el menor daño a los animales. Es una postura ética, recientemente reconocida como postura filosófica protegida por la Ley de Igualdad del Reino Unido, que va mucho más allá de unas elecciones alimentarias.
¿Qué hay de bueno?
Ser vegano (o vegetariano) por motivos éticos implica tener capacidad de empatía. Las personas veganas que han hecho el paso por los animales tienen un objetivo en la vida: conseguir que los animales dejen de ser explotados y maltratados. Ser vegano forma parte de uno de nuestros valores más importantes, que se resume en no hacer daño a los animales.
Como decía más arriba, los animales merecen respeto y vivir sus propias vidas y cada uno de nosotros tenemos la capacidad y la libertad de elegir que así sea. «Defender los derechos de los animales es una forma de ir a la raíz del problema y defender un mundo más igualitario tanto para las personas como para los animales no humanos”, explica director del documental Empatía.
Si, además, sabemos que consumir una alimentación 100% vegetal tiene tantos beneficios para la salud, entonces tenemos un segundo motivo para ser veganos (o vegetarianos). Multitud de organismos de distintos países (como la Academia Americana de Nutrición, la Asociación Británica, Americana y Canadiense de Dietistas, la Sociedad Argentina de Nutrición y, en España, la Asociación Española de Diestistas-Nutricionistas, entre muchos otros) avalan la alimentación vegana y vegetariana.
Hay evidencia científica recopilada de al menos 30 años y está relacionada con la prevención y la reducción del riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el colesterol, la hipertensión, la diabetes tipo 2, la obesidad, el cáncer y muchas más (Alzheimer, déficit de atención, enfermedades inflamatorias, enfermedades digestivas…).
Y si, más todavía, añadimos las informaciones que nos llegan de los organismos que luchan por el medio ambiente, sabemos que una alimentación vegetal es vital para salvar al mundo de la escasez de combustible y los peores impactos del cambio climático (dicho por un informe de la ONU publicado en el diario The Guardian).
En resumen, estos son tres de los motivos más importantes de las personas veganas (y vegetarianas): los animales, la salud y el medioambiente. Con la decisión voluntaria de lo que te pones diariamente en la boca estás contribuyendo a un mundo mejor: menor sufrimiento, menor enfermedad y un planeta posible para nuestros hijos. ¿Qué más se puede pedir?
¿Y qué hay de malo?
De malo no hay nada, pero todavía queda mucho por recorrer, queda mucho por difundir. Actualmente, existe tal cantidad de información y además contradictoria que solo hace que muchas personas se abrumen y no sepan qué creer. Por miedo y desconocimiento esas personas van a seguir haciendo lo que toda su vida llevan haciendo. Muchas seguirán creyendo que ser vegano es malo, que es imposible, que no se puede, que no hace falta ser tan “extremo”.
Si tú eres de las que sí que crees que podrías darle una oportunidad al veganismo porque admites que sus intenciones no pueden ser mejores, tienes que saber que llevar una alimentación 100% vegetal es…
Simple. Básicamente, necesitas saber que consumiendo variedad y cantidad suficiente de todo tipo de alimentos vegetales en su forma más natural vas a satisfacer todos tus requerimientos nutricionales diarios[1]. Esos alimentos, resumiendo, son las hortalizas y verduras, las frutas, los cereales integrales, las legumbres, las semillas y los frutos secos.
Económica. Si te alimentas de productos naturales como acabo de decir, verás que es apta para todos los bolsillos. Lo que son productos más caros son los productos gourmet. Son todos los alimentos que quieren imitar los productos de origen animal como los quesos veganos, los embutidos y carnes veganas, pasteles, bollería y productos procesados que aunque buenos al paladar no son en absoluto necesarios para llevar una alimentación vegetal.
Deliciosa. Quédate tranquila y emocionada porque cualquiera que sea tu plato tradicional favorito tiene una (¡o varias!) versiones veganas. Solo se trata de conocer cuáles son los alimentos vegetales que sustituyen los productos animales para cada plato y ¡listo! Te vas a llevar muchas sorpresas. Por Internet puedes buscar tu plato favorito con la palabra vegano/a al lado y vas a encontrar recetas formidables.
Quiero terminar con esta frase de Paul Farmer para que hoy, Día Internacional del Vegetarianismo, abramos la definición y alcemos nuestra voz por los animales y en contra de las injusticias, que también va de esto:
“La idea de que algunas vidas importan menos es la raíz de todo lo que está mal en el mundo”.
[1] Todos los requerimientos nutricionales excepto los de vitamina B12, que sí que tenemos que suplementar. Este artículo no pretende entrar en detalle con temas nutricionales, así que invito a leer bibliografía sobre la vitamina B12.
Estela Bayarri
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Naturaleza Savia destaca:
- ¿Sabías que… vegetariano, de vegetus, significa completo, sano, fresco, vivaz y energético? Ésa es la definición que en sus orígenes (en el año 1842) la Asociación Vegetariana Británica le dio a una persona vegetariana.
- Se cuentan hasta siete clasificaciones distintas de vegetarianismo que hacen que muchas personas se sientan confundidas sobre lo que es y lo que no es ser vegetariano. Lo que tienen en común todas las personas vegetarianas es que excluyen todos los tipos de carne de su dieta.
- A las personas veganas se las llama también vegetarianos estrictos, “estrictos” porque no consumen ningún producto que tenga procedencia animal: ni huevos, ni leche, ni miel, ni vestimos con pieles, ni dan apoyo a los espectáculos con animales.
- Tres de los motivos más importantes de las personas veganas (y vegetarianas) son los animales, la salud y el medioambiente.
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