Foto: Eva García
No te pongas al límite de tus posibilidades, no llegues hasta la extenuación. Estate atento a las señales de tu cuerpo, mímale; mímate. Si te atiendes, no hay límites
Antes de empezar, para. Para un momento, cierra los ojos. Te proponemos un escaneo corporal. Haz dos o tres respiraciones profundas; recupera después tu ritmo de respiración, en el que tú te sientas a gusto, y tras ello comienza a hacer un barrido mental por todo tu cuerpo.
Empieza, por ejemplo, por tu pie derecho: siente tus dedos, en su parte posterior e inferior, en la cara externa e interna, en el contacto de unos con otros. ¿Los sientes? Quizá no, no pasa nada. No te pares, continúa.
Siente ahora la planta, el talón, ¿los tienes apoyados plenamente? Continúa por el tobillo y sube por la pierna pasando por los gemelos, la rodilla, el muslo, la ingle, la cadera y pasa a la siguiente pierna.
Cuando hayas terminado, comienza por la zona púbica y haz un barrido por las caderas hasta llegar a los glúteos.
Continúa con el torso, desde la cintura hasta la parte baja del cuello, repasando la espalda, desde el coxis hasta la clavícula, omóplatos y hombros y por delante, desde el abdomen hasta el pecho.
Haz ahora la misma secuencia por los brazos, primero un lado y luego otro, bajando desde el hombro hasta las puntas de los dedos, atento/atenta a todas las sensaciones que puedas tener.
La mandíbula es una de las zonas que más se carga cuando hay tensión
Pasa ahora a la garganta, al rostro; siente incluso tu cuero cabelludo. Presta especial atención al cuello y a la mandíbula, donde se carga mucha tensión. Prueba a mover la mandíbula, haciendo muecas -sí, muecas- para descargarla.
Al finalizar, haz dos o tres respiraciones profundas de nuevo, abre los ojos y ve moviendo lentamente tu cuerpo, poco a poco, sin prisa, a tu ritmo.
Este escaneo puede durar 10 minutos o más de 30, dependiendo del tiempo que puedas dedicarle; puede ser exterior, como lo hemos hecho, o visualizando los órganos internos. Depende de tu concentración y experiencia en esta técnica, pueden variar las sensaciones físicas, con mayor o menor sensibilidad, y emocionales.
Sé honesto contigo mismo/misma. ¿Has sentido partes del cuerpo en las que nunca habías reparado? ¿Sensaciones que tenías olvidadas? ¿Has notado alguna tensión o nudo del que hasta ahora no te habías dado cuenta?
Tratamos a nuestro cuerpo como si fuese un autobús que nos lleva de un sitio a otro y no le atendemos
Hacer un escaneo corporal es un hábito muy saludable que nos ayuda a restablecer el equilibrio y el bienestar. Es atender a nuestro cuerpo de la forma más saludable. Es tomar consciencia de ese yo físico que tenemos olvidado completamente.
En demasiadas ocasiones tratamos a nuestro cuerpo como si fuese un simple autobús que nos lleva a donde queremos y esa creencia es perjudicial para nuestra salud física y emocional; somos un todo y ese todo debe ser atendido y cuidado por nosotros por igual.
La desatención a nuestro cuerpo provoca, entre otras muchas consecuencias, un gasto de energía hasta límites extenuantes. Creemos que podemos con todo y sí, podemos todo, pero prestándonos la debida atención. De lo contrario, llega la enfermedad o el estrés o el agotamiento físico o la explosión emocional, a modo de bomba de relojería. Llega también el rendirse, el no puedo, el desánimo, el renunciar a algunos sueños porque no hemos estado atentos a nosotros… Sería tan fácil no llegar a ese punto si nos cuidásemos un poco.
No puedes darte a los demás ni a la vida si no te atiendes a ti primero
Si te cansas, aprende a descansar, no a renunciar. Siente tu cuerpo, escúchale, mímale. Siéntete en todo tu yo, escúchate, mímate. Permítete descansar, cuidarte. Tómate el merecido descanso del guerrero para continuar después tu senda.
Prométete amarte y serte fiel todos los días de tu vida en la prosperidad y en la adversidad, porque nos puedes darte a los demás ni a la vida si no te atiendes a ti primero. Eso es algo que no nos han enseñado. Nos dijeron que atenderse a uno mismo era egoísta. Pero, ¿qué dar si estás seco/seca?, ¿si te has exprimido al máximo?; ¿qué ofrecer si no te permites Ser?
De eso, hablamos otro día, de esa creencia que tenemos muchos, ese mal hábito de pensar que los demás son más importantes porque, si pensamos lo contrario, estamos siendo egoístas. De eso, de quererse a uno mismo, hablamos otro día.
Naturaleza Savia destaca:
- Te proponemos hacer un escaner corporal para prestar atención a tu cuerpo y descubrir los nudos y tensión que hay en él.
- Somos un todo y ese todo debe ser atendido y cuidado por nosotros por igual, también el cuerpo.
- Si te cansas, aprende a descansar, no a renunciar. Siente tu cuerpo. Tómate el merecido descanso del guerrero para continuar después tu senda.