En San Juan salta tus miedos y quema las actitudes que te limitan para dar la bienvenida a un nuevo ciclo de abundancia
Este año, por las circunstancias extraordinarias por el Covid-19, las playas no se llenarán de fogatas en la noche de San Juan. Aún sin hogueras, podemos seguir celebrando, aunque sea de otra forma, el día más largo en el hemisferio norte; podemos hacerlo simbólicamente y deshacernos, igualmente, de lo que ya nos vale. Os contamos el curioso origen de esta extendida celebración y este año más que nunca te invitamos a sacar todo lo malo y dejar entrar todo lo bueno.
El 20 de junio de 2020 a las 23:44 horas UTC ha tenido lugar el “Solsticio».
En el hemisferio norte el solsticio de junio es llamado de “Solsticio de Verano” y se corresponde con el día más largo del año. En el hemisferio sur el solsticio de junio es llamado de “Solsticio de Invierno” y se corresponde con el día más corto del año.
En el solsticio, la disminución de la luz era evidente, nuestros ancestros temían no volver a ver la luz del sol y eso les hacía temer por su supervivencia. Así, empieza la tradición de los rituales de fuego, encendido de hogueras y antorchas, como símbolo de la luz que ilumina la oscuridad.
Conocedores de sus vínculos indisolubles con la naturaleza y de sus miedos premonitorios sobre la falta de luz, se inician con un sentido claro, como ritual de adoración al Astro Rey, el Sol.
El origen de la celebración se remonta a la antiguas tribus germánicas, eslavas y celtas
La celebración del solsticio de verano con hogueras tiene sus orígenes en las antiguas tribus germánicas, eslavas y celtas en Europa.
Para los celtas era su fiesta estrella, la más importante y en la que invertían más energía. También en la que más se derrochaba, puesto que se festejaba en la época del año de mayor abundancia.
Las celebraciones eran a través de rituales en los que la Diosa Madre, en su apariencia de Reina de la Abundancia, se encuentra simbólicamente embarazada de una exuberante cosecha, mientras que el Dios Bel o Belenos, su esposo y fecundador, está en el ápice de su virilidad y se muestra en el aspecto de Sol Supremo.
Es un momento de purificación, limpieza y depuración
En diferentes lugares de España, sobre todo en el Mediterráneo, San Juan se celebra alrededor de grandes fogatas, quemando lo que ya no nos sirve, lo viejo y de lo que nos queremos desprender.
Es un momento de purificación, limpieza y depuración, quemamos y nos deshacemos de las actitudes que nos limitan para poder renovarnos y así abrir nuestra energía al nuevo ciclo de abundancia, fecundidad y prosperidad.
En el siglo XXI, el hombre sigue ritualizando esta festividad, convirtiendo este cambio cíclico de la naturaleza en celebraciones para dar la bienvenida al verano.
En Europa, especialmente arraigada está en España, Portugal ((Fogueiras de São João), Noruega (Jonsok), Dinamarca (Sankthans), Finlandia (Juhannus), Suecia (Midsommar), Estonia (Jaanipäev) y Reino Unido (Midsummer).
En América Latina, Brasil tiene las Festas Juninas. Además, también es muy popular en Bolivia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Venezuela y Puerto Rico. San Juan Bautista es el santo patrono de San Juan de la Maguana, en la República Dominicana, cuya fiesta se celebra del 15 al 24 de junio.
En China, la ceremonia de solsticio de verano celebraba la tierra, lo femenino y las fuerzas del yin.
El desfile más grande del solsticio de verano en América del Norte se llevó a cabo en 1974 en Santa Bárbara, California.
Los solsticios están cargados de magia y nos abren a nuevos portales energéticos. Es momento de prepararnos para este final e inicio de ciclo. Reconectémonos y soltemos todo aquello que ya no es útil en nuestra vida. Abramos nuestro corazón a nuevos y vibrantes caminos, que seguro que vendrán cargados de oportunidades.
¡Feliz solsticio de verano!
Susana M. Meya
Psicoterapeuta
Telf. 670 05 66 98
sm_meya@outlook.com
Naturaleza Savia destaca:
- Nuestros ancestros temían no volver a ver la luz del sol y eso les hacía temer por su supervivencia. Así, empieza la tradición de los rituales de fuego, como símbolo de la luz que ilumina la oscuridad.
- En la noche de San Juan, quemamos y nos deshacemos de las actitudes que nos limitan para poder renovarnos y así abrir nuestra energía al nuevo ciclo de abundancia, fecundidad y prosperidad.
- Reconectémonos y soltemos todo aquello que ya no es útil en nuestra vida. Abramos nuestro corazón a nuevos y vibrantes caminos, que seguro que vendrán cargados de oportunidades.
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[…] El origen de la noche de San Juan: la luz que ilumina la oscuridad […]