El ayuno o semiayuno permite al cuerpo descansar, limpiarse, desintoxicarse y recuperar energía y vitalidad
Nuestros ancestros ayunaban por necesidad, por obligación, no siempre había qué comer y nuestro organismo está preparado para ello. Más aún, lo necesita, necesita que le mimemos y, de vez en cuando, le demos un descanso.
Tipos de ayuno o semiayuno
Ese descanso puede ser de muchas formas, según filosofías o escuelas o según nuestro día a día.
Podemos hacerlo una vez a la semana, una semana o 10 días cada x tiempo o, incluso, hacer un semiayuno. En este caso, se puede hacer un ayuno 12/12 (dejamos pasar 12 horas entre las ingestas; por ejemplo, entre el desayuno y la cena), 16/8, que es el más popular (nos saltamos desayuno o cena); hacer una sola comida al día o ayunar un día entero; comer de nuestra forma habitual cinco días a la semana y los otros dos días reducir el consumo de calorías a unas 500 ó 600, o, al revés, pasar cinco días a la semana comiendo unos 750 calorías al día.
De una forma u otra, permitimos descansar a nuestro cuerpo y desintoxicarse.
Según las corrientes, ese ayuno o semiayuno también se puede hacer de muchas manera, con sirope de savia, caldos o infusiones, tomando sólo líquido; con frutas, verduras y frutos secos, reduciendo nuestras comidas a alimentación cruda; combinando ambos; separando la toma de proteínas de los hidratos de carbono, o simplemente reduciendo la ingesta de calorías y siempre rechazando tomar carne, pescado graso, embutido, alimentos elaborados, bollería, pan, café, alcohol y leche.
Quiérete, cuídate, mímate
Tras el ayuno, por lo general, te sentirás desintoxicado, más ligero y vital, pero recuerda, no obstante, que no hay fórmulas mágicas y que estamos hablando de tu salud, tu cuerpo, tu templo. Antes de realizarlo por primera vez, consulta a un experto en nutrición para que te oriente en que es lo que más te conviene.
Lo importante es que te cuides y le atiendas. Quiérete y querrás a tu cuerpo.