Con mascarillas, sin apenas contacto corporal y en muchas ocasiones a través de una pantalla, hoy más que nunca debemos aprender el lenguaje no verbal
Cuando comencé a escribir mi segundo libro, “Leer la mente… o casi, las claves de la comunicación no verbal” (ed. Oberón-Anaya) hace casi ocho años, la comunicación, tanto verbal como no verbal, estaba de moda. Ofrecer herramientas de comunicación para que las personas pudieran entenderse asertivamente era la clave para conseguir un mejor puesto de trabajo, tener una mejor relación con la pareja o mejorar el núcleo de amistades. Aprender sobre asertividad o decir que habías estudiado técnicas de comunicación era muy chic; aunque muchas personas después guardaran lo aprendido en un cajón y no lo utilizaran, saber que sabías era importante.
No obstante, las cosas han cambiado mucho en este 2020, ya no importa lo que estudiaste o tu CV, lo fundamental en este nuevo mundo, que entre todos estamos construyendo, no es lo que soporta el papel, sino las habilidades y destrezas que te ayuden a adaptarte con mayor rapidez a la nueva realidad. Qué duda cabe que saber de comunicación es una gran ventaja para ser más adaptativo y salir airoso de esta situación de caos en la que estamos viviendo.
Hoy más que nunca necesitamos saber leer donde las palabras no llegan. Según los estudios de Comunicación no verbal, o CNV, el 7% de lo que comunicamos en un mensaje emocional se comunicaba con palabras, pero ahora, con una mascarilla puesta en la cara, sin poder tocarnos ni abrazarnos, esa comunicación que como mediterráneos aprendimos, va a cambiar totalmente.
Debemos aprender a escuchar de forma mucho más activa; si no, los problemas de comunicación serán cada vez mayores
Tendremos que aprender a comunicarnos mucho mejor y saber cómo mover la cabeza; el lenguaje de las miradas y el movimiento de nuestro cuerpo, brazos o piernas será fundamental. Debemos aprender también a escuchar de una forma mucho más activa o, de lo contrario, los problemas de comunicación cada vez serán mayores.
Lo mismo ocurrirá con aquellas personas que sus trabajos vayan a ser on line en su mayor medida. Ahora más que nunca, a través de una pantalla, necesitaremos saber que lo que ven de nosotros, de cintura para arriba, será fundamental.
A través de videoconferencia, tendremos que aprender a gestionar nuestro cuerpo, nuestras sonrisas, la expresión de desacuerdo, tristeza o alegría, las miradas, los movimientos de cabeza o los gestos con nuestras manos.
Desde la pandemia estamos más sensibles e irascibles por lo que saber comunicarnos es prioritario
Además, tenemos que tener en cuenta que todos estamos mucho más sensibles desde el comienzo de la pandemia y que, por lo general, estamos más irascibles debido a que hemos tenido que salir de nuestra zona de confort y adaptarnos a una nueva realidad, donde no controlamos y nos vemos imposibilitados para gestionar lo que va a pasar. De ahí que cómo nos comunicamos es de total prioridad.
Aprender la importancia de los micro-picores o las micro-caricias en una reunión, tocarse la ceja o la oreja, o golpear el bolígrafo encima de la mesa serán gestos que tendremos que aprender a gestionar. Son muchas las empresas que van a dejar a sus trabajadores en casa y todas estas personas van a aprender a trabajar desde casa y tendrán que estudiar nuevas herramientas para poder hacerlo.
Este nuevo mundo nos da la posibilidad de mejorarnos como especie humana
Por ello, es importante saber, por ejemplo, que no es lo mismo mantener la cabeza erguida que girarla hacia el lado derecho o hacia el izquierdo, ya que significan cosas distintas para nuestro interlocutor. Sentirá mayor cercanía o menor, nos creerá más o menos o simplemente confiará en nosotros a la hora de realizar una adquisición o decidirá elegirnos como compañeros de viaje.
Este nuevo mundo que estamos creando entre todos nos da la posibilidad de mejorarnos como especie humana y eso sólo dependerá de nosotros y del nivel de comunicación que elijamos tener.
Si en este próximo año somos inteligentes y decidimos ver como una oportunidad lo que nos está ocurriendo y aprendemos a comunicarnos asertivamente y desde el corazón, podremos crear un entorno favorable para nosotros y nuestros seres queridos.
No obstante, si por el contrario nos posicionamos en negativo, no le damos la importancia que debemos de darle a lo que decimos y cómo lo decimos, es decir a nuestra CNV, nos será más complejo transmitir lo que queremos decir.
Sobre todo, invito a todos a ser coherentes con lo que dicen, sienten y hacen porque, gracias a la CNV, la otra persona sentirá si mentimos o no, si estamos satisfechos con nuestro trabajo o si queremos seguir dentro de una relación.
Si queréis aprender más sobre el lenguaje no verbal, aquí os dejo mi libro: «Leer la mente… o casi, las claves de la comunicación no verbal”.
Beatriz Vilas
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Naturaleza Savia destaca:
- Ahora, con una mascarilla en la cara, sin poder tocarnos ni abrazarnos y hablando en muchas ocasiones a través de una pantalla, la comunicación que conocíamos va a cambiar totalmente. Hoy más que nunca necesitamos saber leer donde las palabras no llegan.
- Este nuevo mundo que estamos creando entre todos nos da la posibilidad de mejorarnos como especie humana y eso sólo dependerá de nosotros y del nivel de comunicación que elijamos tener.
- Si aprendemos a comunicarnos asertivamente y desde el corazón, podremos crear un entorno favorable para nosotros y nuestros seres queridos.